Curiosidades o anécdotas sobre Sócrates: “El primer griego
feo”
Sócrates era bajito y feo. Tenía un vientre prominente, ojos
saltones y nariz respingona. Su figura inspiraba burlas, lo cual no le impedía
estar muy seguro de sí mismo. Apreciaba mucho la vida y tenía una viva
inteligencia y un agudo sentido del humor, desprovisto de amargura o cinismo.
Alcibíades comparaba su aspecto con el de los silenos, los seguidores borrachos
y lascivos de Dioniso; Platón consideraba digno de mención el día en que se
lavó los pies y se puso sandalias, y Antifón, el sofista, decía que ningún
esclavo querría ser tratado como él se trataba a sí mismo. Llevaba siempre la
misma capa y era muy austero en comida y bebida.
Sorprende que tal hombre acabara siendo considerado por los
griegos (que creían que un cuerpo bello era reflejo de un alma bella) como el
arquetipo del decoro filosófico. Pero así fue. Después de Sócrates, el primer
heleno notable y feo, los griegos admitieron que un cuerpo silénico puede
contener un alma hermosa (lo que llamaríamos actualmente belleza interior).
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